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lunes, 1 de marzo de 2010

el monstruo de flatwoods




EL "MONJE" DEL ESPACIO


Una alocución radiofónica, en el conocido programa "Nosotros el pueblo", muy famoso en los años 50, mantuvo en vilo a miles de oyentes del país de la hamburguesa, que estupefactos, escucharon
pegados a sus receptores de radio, el sincero testimonio de una mujer que aseguraba haberse tropezado, cara a cara, con un monstruo que descendió de un OVNI.








La noche del 12 de septiembre de 1952, miles de personas fueron testigos del paso de un extraño objeto volador sobre los cielos de Virginia Occidental. En Sutton (Condado de Braxton) varios adolescentes que jugaban al futbol, observaron un "platillo volante" de fuerte luminosidad rojiza que, tras detenerse un momento en el aire, pareció descender tras una colina cercana, concretamente en Flatwoods.



"¡Un meteorito!", fue lo primero que pensaron.los primeros en verlo fueron unos niños que jugaban fudball Y llevados por la curiosidad, emprendieron camino hacia donde suponían que había caído: las tierras de un granjero llamado Bailey Fisher.Kathleen May, una vecina que estaba aprontando la cena, les vio desde su ventana y los llamó para saber adónde iban. Cuando los chicos le explicaron lo que habían visto, tomó una linterna y los acompañó junto a sus dos hijos.De camino, se cruzaron con Gene Lemon, integrante de la Guardia Nacional que paseaba a su perro y se ofreció a ir con ellos.Mientras subían la colina, pudieron ver desde lejos una extraña luz rojiza que aumentaba y disminuía de tamaño rítmicamente, pero sin alcanzar a contemplar qué era lo que la producía.
Con el corazón en un puño, el grupo de exploradores enfilaron hacia el montículo. El perro de Lemon pareció "presagiar" lo que minutos después iba a ocurrir, y salió despavorido del lugar.
"No entiendo qué pasa, nunca se comportó así", alcanzó a decir Lemon al grupo, pero se dio cuenta de que no le estaban prestando atención.



Todos observaban un par de puntos rojos refulgentes, que se encontraban apenas a unos pasos.
Lemon pidió la linterna a la señora May y dirigió el haz de luz a los puntos rojos, pensando que serían los ojos de algún mapache trepado a un árbol. Pero se equivocó.










criatura y testigo







Tras alumbrar la zona con una linterna, el horror se apoderó de todo el grupo, recordando en aquel instante, la sabia decisión del perro


La débil luz de la linterna, descubrió, agazapado en la oscuridad, una oscura silueta que les observaba con unos enormes e hipnóticos ojos rojos. Frente a los testigos había un gigantesco ser de mas de tres metros de altura, con el rostro rojo y sudoroso, enfundado en una especie de manto de color verde oscuro con capucha y falda.



La extraña criatura, que medía más de tres metros, emitió entonces un penetrante silbido y comenzó a avanzar hacia ellos.

Su rara vestimenta no permitía ver piernas o pies, pero todos los testigos coincidieron en señalar que se movía flotando o levitando.


De sus penetrantes ojos rojos surgían rayos de luz azulada.
Sin pensarlo, todos corrieron en dirección al poblado, huyendo del ser de pesadilla lo más rápido posible. Al llegar al pueblo y contar aterrorizados su historia, varios vecinos decidieron formar un grupo armado y subir la colina. No habían recorrido la mitad del camino cuando debieron regresar, debido a una extraña niebla que lo cubría todo y a un irritante olor a azufre diseminado por todas partes.


Esa misma noche la policía intento rastrear la zona en busca de pruebas, pero ante la nula cooperación de los perros, que se negaban a avanzar en dirección al supuesto lugar del aterrizaje, decidieron postergar sus indagaciones hasta el día siguiente.

Con la tranquilizadora luz del alba, las autoridades locales hallaron una zona de pasto inexplicablemente aplastada, y varios fragmentos de un material parecido al plástico.

Por su parte, algunos de los testigos, sufrieron diversos malestares físicos, típicos, según los facultativos, a la exposición prolongada a gases lacrimógenos, como hinchazón de garganta y convulsiones.

Algunos investigadores indican que el gigantesco humanoide, al ser descubierto, vertió sobre los testigos una extraña sustancia oleaginosa que fue la causante de los daños físicos.

La enfermedad :Se dice que después de los encuentros con la supesta criatura, varios miembros del grupo del encuentro del 12 de septiembre sufrieron síntomas semejantes que persistieron durante un tiempo, y que ellos atribuyeron a su exposición a la niebla emitida por la criatura. Los síntomas incluian irritación de la nariz e hinchazón de la garganta. Lemon fue supuestamente el mas afectado.

Sufrió vómitos y convulsiones toda la noche, y molestias en la garganta durante varias semanas después de los hechos.Un médico que trató a varios de a los testigos informó que los síntomas descrito son semejantes a los presentados en las víctimas del gas mostaza,aunque los escépticos indican que tales síntomas también pueden encontrarse comúnmente en las víctimas de histeria, que puede ser causado por la exposición a un acontecimiento traumático o espantoso.
Con el correr de los días, varios periodistas y ufólogos investigaron los hechos, así como la policía local. Pudieron comprobar que los testigos eran personas que estaban muy lejos de ser fabuladores y que se limitaron a contar lo que vieron.

Conforme la investigación fue avanzando, el suceso se conectó con otros similares:

El 5 de setiembre, dos mujeres de la localidad de Weston (en el mismo estado) se dirigían a la iglesia local por un camino secundario, cuando de pronto apareció frente a ellas un ser de similares características al reseñado. Pudieron huir, pero el episodio provocó en una de ellas una crisis nerviosa que ameritó internación.

El 13 de setiembre, un matrimonio de apellido Snitowski y su hija iban en auto por las cercanías de Frametown (también en Virginia). De pronto, el motor del coche se detuvo sin razón aparente. Incapaz de diagnosticar la avería, el hombre decidió caminar hacia una estación de servicio que habían pasado poco tiempo atrás.

Alcanzó a alejarse cien metros del auto, cuando un ser de igual descripción que el de Flatwoods surgió del bosque cercano, se aproximó al coche y miró hacia el interior. Alertado por los gritos de las mujeres, el señor Snitowski volvió corriendo sobre sus pasos, sólo para ver cómo la criatura se internaba nuevamente en la espesura y desaparecía.

Hay que señalar que en 1952 todavía no eran usuales los llamados "encuentros del tercer tipo", por lo cual la policía prestaba escasa atención a estos sucesos. En cuanto a los ufólogos, no contaban con más recursos que tomar nota del relato de los testigos.
Sin embargo, años después de este suceso, un investigador en particular (Donald Keyhoe) usó sus contactos en la Fuerza Aérea para saber si los militares estadounidenses se habían interesado en este caso.
Sorprendentemente, descubrió que el mando de Inteligencia de la Fuerza Aérea había despachado dos agentes para investigar el suceso, los cuales se hicieron pasar por periodistas y elaboraron un dossier secreto sobre "el monstruo de Flatwoods".
Coincidencia o no?

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